El proyecto europeo Minke , coordinado por el Instituto de Ciencias del Mar (ICM) de Barcelona, celebró el pasado mes de junio su reunión de lanzamiento de manera virtual. Los socios aprovecharon la ocasión para explicar no sólo el papel y las responsabilidades de cada uno, sino también los principales objetivos y acciones previstas de un proyecto que pretende mejorar la calidad de los datos oceanográficos.
Para conseguirlo, Minke, integrará infraestructuras marinas europeas -desde laboratorios de calibración hasta observatorios de ciencia ciudadana- que son clave para mejorar los métodos de medición dentro de la disciplina conocida como «metrología». Entre las variables oceanográficas que se incluyen en el proyecto figuran algunas de las que nos permiten entender los efectos del cambio climático, como la temperatura y la salinidad del mar o las corrientes marinas, y otros que nos permiten evaluar los impactos de la actividad humana, como lo son la pérdida de biodiversidad o la basura marina.
En concreto, el proyecto coordinará el uso y desarrollo de estas infraestructuras de investigación, proponiendo un marco innovador de «calidad de datos oceanográficos» para los diferentes actores europeos encargados de la vigilancia y gestión de los ecosistemas marinos. «La calidad de los datos es el elemento clave para que los sistemas de observación oceánica y costera proporcionen datos fiables para desarrollar políticas medioambientales basadas en evidencias» , explica Jaume Piera , investigador del ICM y coordinador del proyecto.
En este sentido, Piera añade que «Minke abordará los requisitos metrológicos de la calidad de los datos en un sentido amplio. Tradicionalmente, la calidad se había asociado a la exactitud de los datos, pero hay otros factores que se deben tener en cuenta, como la integridad o la rapidez. Esto se ha visto, por ejemplo, durante la situación actual de pandemia, en la que queremos no sólo pruebas precisas, sino también pruebas que puedan aplicarse a la mayoría de la sociedad y que proporcionen resultados rápidos » .
Del mismo modo, detalla Piera, «los futuros retos medioambientales relacionados con los cambios globales exigirán observaciones no sólo precisas, sino también íntegros y rápidas. Básicamente, necesitaremos observaciones de todo en todo momento, y Minke intentará mejorar los requisitos metrológicos para cubrir estas demandas » .
Esta nueva visión se enmarcará en un modelo de innovación de quíntuple hélice, que fomenta la colaboración entre las universidades, los responsables políticos, la sociedad civil, la industria y el entorno en general para hacer frente a los retos compartidos y utilizar -los como fuerza motriz para crear soluciones innovadoras a través de la investigación y el desarrollo.
Mediante el trabajo en equipo y el acceso a las diferentes infraestructuras, Minke pretende establecer las bases para crear las sinergias necesarias entre los diferentes actores implicados en el modelo de innovación de la quíntuple hélice.
Minke, que se concedió el pasado mes de abril y se alargará hasta el mes de marzo de 2025, está integrado por 22 organizaciones de Europa y Sudamérica, y es uno de los proyectos financiados por el Programa INFRAES H2020 , que busca dotar a Europa de infraestructuras de investigación a las que tengan acceso todos los investigadores, contribuyendo así a mejorar la competitividad de Europa en todos los ámbitos científicos e impulsando la innovación en el sector tecnológico.